martes, 1 de octubre de 2013

Hay gente...

Hay gente que prefiere hacer compromisos con las cosas que con las personas. 
Dispuestos a entregar sus fuerzas, su tiempo y sus recursos económicos a lo que les destruye en lugar de lo que edifica. 
Prefieren perder enormes cantidades de tiempo con lo intrascendente que dedicarle pequeños momentos a lo prioritario. 
Posponen el cambio y se angustian por el status quo. 
Se enternecen y conmueven con trivialidades y son implacables e inmisericordes ante el pobre y el desposeído. 
Están dispuestos a dar, siempre y cuando la ganancia sea garantizada. 
No conocen la palabra "dar", piensan que es sinónimo de "invertir". 
Piensan que todo se mueve por mayorías sin darse cuenta que esa idea fue inventada por minorías.
Buscan comprar el respeto y eternizarlo en fotografías. 
Para ellos las relaciones interpersonales no existen, solamente hay transacciones. 
Desecharon el dolor de la existencia o al menos lo niegan. Es tan fuerte la negación que ignoran el dolor peligrosamente, tan peligrosa la ignorancia que ni saben que aquello que dicen disfrutar en realidad lo sufren.